EDITORIAL

Después del 2022, un año de cambios, el equipo Salud Apícola está volviendo a la normalidad en nuestro nuevo hogar UC Davis Chile, ¡aunque viviendo por toda América!

A pesar de todos los problemas del mundo, hay buenas noticias para el rubro apícola, Apimondia está llegando a América Latina, y esperamos verlos a todos en Chile a finales de este año. La conciencia pública está creciendo y tanto Chile como Colombia han dado grandes pasos con la legislación en el rubro aprobada. Muchos pueden decir que no es suficiente, aún existe la necesidad de traducir las políticas públicas hacia el concepto de “una sola salud”, sin embargo, son los primeros avances en el proceso de la creciente conciencia sobre la importancia de la salud de las abejas. Otro reto es la nueva Ley de la Cadena de Suministro de la Unión Europea, que pretende garantizar que las empresas europeas seán responsables de los abusos contra los derechos humanos y el medio ambiente en sus cadenas de suministro. Esto, sin duda, significará que aumentarán los requisitos de trazabilidad de los productos.

Para Salud Apícola, este año comenzó con actividades de seguimiento en Perú. En colaboración con la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque y otras partes interesadas locales, se está llevado a cabo un proceso de monitoreo que será seguido de capacitaciones presenciales para los apicultores del territorio durante mayo y junio. La apicultura en lo que es casi un desierto es un reto, sobre todo teniendo en cuenta la creciente demanda de servicios de polinización.

Además de Perú, estamos trabajando con nuestros socios en los distintos países para ampliar nuestras actividades y continuar el trabajo que hemos llevado a cabo en los distintos territorios de América Latina. Como equipo buscamos seguir colaborando para avanzar hacia un sector apícola sostenible en todo el continente, si desea participar póngase en contacto con cualquiera de los miembros de nuestro equipo.

Marnix Doorn
Buenos Aires, marzo 2023

 

Director del Proyecto.

ÍNDICE

  • Editorial
  • Hormigas en las colmenas: un tema interesante y oportuno.
  • La ley Apícola Chilena: Nuevos retos para el Sector
  • Salud Apícola Latinoamérica: Primer monitoreo de colmenas en la Provincia de Lambayeque, Perú. Inicio de un trabajo conjunto

EDITORIAL

After 2022, a year of change, our team is getting back to normal in our new home UC Davis Chile, although living all over the Americas! None withstanding all the problems in the world, there is good news from the beekeeping front. Apimundia is coming to Latin America, and we hope to see you all in Chile later this year. Public awareness is growing, and legislation is passed, both Chile and Colombia have made big steps. Many may say it is not enough, however, it is first steps in the process of the growing awareness about the importance of bee health, although there is a need for the translation of policies towards the “one health” concept. Another challenge is the new Supply Chain Act of the European Union, which aims to ensure that European companies are responsible for human rights and environmental abuses in their supply chains. This will mean that requirements for traceable products will increase.

 For Salud Apícola, this year started with monitoring activities in Peru. In collaboration with the Camara de Comercio de Lambayeque and other local stakeholders monitoring is taken forward followed by capacity building sessions during May and June. Beekeeping in what is almost a desert is a challenge, especially considering the increasing demand for pollination services.

Besides Peru, we are working with our partners in the different countries to expand our activities to other countries and build up on the work we have been taken forward in the different countries in Latin America. Please contact any of our team members to see how we can collaborate towards a sustainable beekeeping sector in Latin America.

Marnix Doorn

Buenos Aires, March 2023

 

Director del Proyecto.

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Hormigas en las colmenas: un tema interesante y oportuno.

Hormigas en las colmenas: un tema interesante y oportuno.

Revisando apiarios, con frecuencia encontramos hormigas en el interior de las colmenas y nos preguntamos: ¿Acaso es esto normal? ¿Les hacen daño o no a las abejas melíferas? ¿Cuáles son los argumentos para cualquier respuesta? ¿Cómo evitar la presencia de estos intrusos en la colmena moderna manejada?

Las hormigas son insectos (Artrópodos) del orden Hymenoptera, el que incluye a las avispas y las abejas. Consideradas uno de los grupos zoológicos más exitosos del planeta, las hormigas se distribuyen por todo el mundo. Según cálculos de especialistas, pueden formar entre el 15 al 25 % de la biomasa de los animales terrestres. Al igual que la abeja melífera (Apis mellifera L.), segregan feromonas para cohesionar la colonia y su prolongada coevolución con otras especies las ha llevado a desarrollar relaciones miméticas, comensales, parásitas y mutualistas[1].

Pertenecen a la familia Formicidae, describiéndose hasta ahora aproximadamente 12 500 especies, con marcada variación en sus modelos de comportamiento[1]. Las que llegan a las colmenas, lo hacen en busca de alimento y guarida para hacer sus nidos, actividad que realizan gracias a feromonas específicas que les permite orientarse hasta la fuente que les provee los nutrientes, tanto de sustancias azucaradas (néctar y miel), como de proteínas de alto valor biológico como son el polen, los huevos y larvas de las abejas, sobre todo cuando son especies carnívoras.

Para alimentarse aprovechan además los detritus que genera el proceso de metamorfosis de las abejas. Consumen diversos especímenes de animales que forman parte del microbiota asociado al nido, los cuerpos de las abejas vivas e incluso sus cadáveres, así como los restos de otros comensales presentes en la colonia invadida.

Cuando la estructura de madera de la colmena moderna no se confecciona respetando las medidas establecidas para cada elemento (cuadros, tapas, fondo, etc.), o cuando por malas prácticas del apicultor, la colonia se debilita y las abejas no pueden defender todos los espacios, las hormigas aprovechan e invaden la colmena, encontrando aquí refugio seguro, con temperatura y humedad estables[1], ideales para su reproducción.

ÍNDICE

  • Editorial
  • Hormigas en las colmenas: un tema interesante y oportuno.
  • La ley Apícola Chilena: Nuevos retos para el Sector
  • Salud Apícola Latinoamérica: Primer monitoreo de colmenas en la Provincia de Lambayeque, Perú. Inicio de un trabajo conjunto

Es en este punto en que las hormigas pasan de ser comensales, a tener una relación parasitaria con la familia de abejas. No se puede olvidar, que la colonia de abeja melífera es considerada un súper organismo que funciona como un todo[1]. Cuando las hormigas invaden una colmena, pueden llegar a matar a su hospedero si el hombre no interviene. Y, aun cuando queden investigaciones pendientes al respecto, no cabe duda que éstas son un importante elemento de disturbio para la fisiología de la colonia de abejas vista como un individuo[1].

De manera figurativa (con mucha imaginación), si establecemos un símil entre las estructuras de una colmena moderna y el cuerpo de un individuo vertebrado (por ejemplo, una vaca), podríamos señalar que: los elementos de madera se comportan como el sistema óseo, el esqueleto; los alambres funcionan como los tendones; la cera y los panales constituyen el tejido adiposo o de sostén; las celdas donde oviposita la reina pudieran compararse con el útero y las que almacenan el polen y el néctar hasta transformarse en miel, formarán parte, junto con las abejas, del sistema digestivo de ese supuesto individuo.

De tal manera funciona cohesionado ese macro organismo, que cada uno de los sistemas, con poco esfuerzo, podríamos verlos representados (Figuras 1 y 2)    

Con estas ideas, otras preguntas podemos hacernos: ¿Cómo afectan o interfieren las hormigas a las abejas nodrizas en su labor de alimentar las larvas de abejas? Sus olores, las sustancias químicas que ellas producen: ¿Pueden desorientar la postura de la reina? Estos aspectos deben ser objeto de estudios científicos, de manera que se evalúen las mermas productivas y el posible desarrollo de procesos morbosos concomitantes por la acción expoliadora del insecto.

La presencia de hormigas en la colmena, poco a poco debilita la familia de abejas. Esa pérdida de fortaleza rompe el equilibrio dinámico de la colonia, dejando deprimidos los mecanismos de defensa colectivos. Llega un momento en que la colonia queda vulnerable al desarrollo de enfermedades infecto contagiosas causadas por hongos, virus y bacterias y, por supuesto, se exacerban también las enfermedades invasivas causadas por parásitos, como son Varroa destructor (endémico y cosmopolita) y la acariosis causada por el ácaro traqueal Acarapis woodi, por solo citar dos ejemplos.

Cuando todos estos factores de disturbio confluyen, las polillas –la mayor (Galleria mellonella) y la menor (Achroia grisella)­- se adueñan de la colonia, multiplicándose las larvas de estos Lepidópteros, las que construyen galerías en los panales y, a su paso, matan las crías de las abejas, contaminan con sus heces fecales las matrices de la colmena y dispersan los agentes etiológicos que puedan estar presentes en la colonia. Aumenta la gravedad del impacto, cuando al escenario se suma el pequeño escarabajo de la colmena (Aethina tumida).

Este conjunto de factores crea la tormenta perfecta que puede conducir al colapso y la muerte de la colmena. Así, los efectos adversos se pueden expresar con:

a). El abandono o la evasión del enjambre por falta de confort.

b). Brotes irreversibles de enfermedades infectocontagiosas o invasivas y

c). Considerables mermas productivas.

Y… todo comenzó por la presencia de la aparente inofensiva hormiga en la entre tapa y los cabezales de la colmena.

¡En la apicultura de Latinoamérica tenemos problemas con las hormigas! Las especies son diversas y no siempre están identificadas taxonómicamente (otro aspecto a tomar en cuenta para futuros estudios), pero no pocas se defienden picando al apicultor el que, por momentos y ante una población importante de ellas, se ve forzado a interrumpir las labores que realiza en el campo.

No menos lamentable es la presencia de hormigas en las naves apícolas o bodegas, en particular cuando invaden la sala de castra o de cosecha, arruinando la calidad de la miel por la contaminación de aquellas que se ¨ahogan¨ en el producto. Pero… sobre este tema y las medidas generales de prevención y control a tener en cuenta, estaremos compartiendo en el próximo Newsletter de Salud Apícola Latinoamérica.

Figura 1. De manera figurativa y con el propósito de comprender mejor el manejo sanitario en la apicultura moderna, se puede establecer un símil entre una colmena y el cuerpo de un individuo vertebrado. Con mucha imaginación, en la colmena moderna los elementos de madera se comportan como el sistema óseo, el esqueleto; los alambres funcionan como los tendones; la cera y los panales constituyen el tejido adiposo o de sostén[1].

[1] Álvarez, 2022. Argutorio 48 – II semestre 2022 – P: 99 – 106

[1] Rivas-Arancibia, et al, 2014. En: https://www.amc.edu.mx/revistaciencia/images/revista/65_3/PDF/Hormigas.pdf

[1] 34°C y de 60 a 80% de humedad  relativa (Kerr, W. y Llaxacondor, J., 2006. Perú).

[1] Oster, G. F.; Wilson, E. O. (1978). P: 21-22. ISBN 0691023611.

[1] Un individuo es un organismo y es también un tipo de organismo. Ejemplo, el humano, el gato, el alce, la palmera, la ballena gris, la tenia y la vaca (Valero, J. 2023, México).

En: https://www.researchgate.net/publication/367074465_Introduccion_a_la_ecologia

Hormigas en las colmenas

Figura 2. Presencia de hormigas en la entretapa de una colmena moderna tipo Langstroth. Foto: Proyecto Salud Apícola Latinoamérica, 2018.

Figura 3. Las hormigas invadieron la colmena, encontrando un lugar favorable para su reproducción. Foto: Proyecto Salud Apícola Latinoamérica, 2019.

Figura 4. Huevos de hormigas en los cabezales de los panales de una colmena moderna tipo Langstroth. En este caso, la pérdida de fortaleza, la poca higiene en su interior y el acúmulo de propóleos por descuido, favoreció el desarrollo de las hormigas. Foto: Proyecto Salud Apícola Latinoamérica, 2020.

Figura 5. Nido de hormigas reproduciéndose en el interior de una colmena moderna tipo Langstroth. En este caso, el empleo de un cobertor de nailon debajo de la tapa de la colmena, impidió que las abejas pudieran cuidar todos los espacios del interior y así evitar la proliferación del insecto. Foto: Proyecto Salud Apícola Latinoamérica, 2020.

Por. Dra. M. Mayda Verde Jiménez

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LA LEY APÍCOLA CHILENA: NUEVOS RETOS PARA EL SECTOR

LA LEY APÍCOLA CHILENA: NUEVOS RETOS PARA EL SECTOR

El pasado año el Instituto de desarrollo agropecuario INDAP, divulgó un acontecimiento trascendental para el gremio apícola chileno. Con el titular “Congreso aprobó por unanimidad ley que busca proteger y resguardar la actividad apícola’’, afirma que Chile se suma al listado de los pocos países que hoy cuentan con una regulación y protección al rubro apícola y que, además, el próximo año será sede para el evento mundial más importante del sector: APIMONDIA 2023.

En efecto, el hecho resulta relevante, porque de esta manera quedó reconocida por Ley la importancia ambiental, productiva y social de la apicultura como actividad silvoagropecuaria, asignando al Ministerio de la Agricultura la responsabilidad de dirigir e implementar las acciones necesarias para el desarrollo sostenible del sector. Lograr conservar el bienestar y la salud del hombre, de los animales productivos y de los ecosistemas, es el objetivo central que persiguen las leyes que se promulgan en un país. Aun cuando sea perfectible, es ésta la esencia que anima el nuevo instrumento legal aprobado. La Ley de apicultura viene a llenar el vacío regulatorio que existía en Chile para ordenar el crecimiento del sector de manera equilibrada y sostenible y a la vez, poder proyectar y regular el manejo epidemiológico de la especie. Comprometer al Servicio Agrícola y Ganadero y al Ministerio de Salud, con la instrumentación de las regulaciones complementarias y la fiscalización de éstas, permitirá disponer de herramientas legales necesarias, sin perder de vista la dinámica de la cadena productiva, en correspondencia con los objetivos de la Ley: alcanzar el bienestar de las familias de abejas, bajo el concepto universal de “Una Sola Salud”1.

Acompañada por el “Plan Estratégico Apícola 2030”, la Ley debe transitar en un marco que permita, en el transcurso de su aplicación, retroalimentar (con evidencias) a decisores y ejecutores para que, en la misma medida que sea necesario, perfeccionen y complementen aquellos aspectos que respondan a las transformaciones que ocurran en los diversos escenarios productivos, en aras de hacer rentable y sostenible la actividad.

Son múltiples los factores que constituyen riesgos potenciales para alcanzar los objetivos que señala la Ley promulgada. Con la experiencia reciente de la pandemia por COVID-19, los científicos afirman que: “El comportamiento humano puede ser la llave que abre la proverbial Caja de Pandora, permitiendo que surjan enfermedades infecciosas”. Tal reflexión resulta válida en el ámbito de la salud animal, cualquiera que sea la especie manejada con fines productivos.

En el caso particular de la apicultura, el riesgo sanitario provocado por el comportamiento humano abarca todos los puntos de la cadena productiva y repercute en la instauración y expresión de las enfermedades que padecen las abejas melíferas, incluyendo las intoxicaciones.

ÍNDICE

  • Editorial
  • Hormigas en las colmenas: un tema interesante y oportuno.
  • La ley Apícola Chilena: Nuevos retos para el Sector
  • Salud Apícola Latinoamérica: Primer monitoreo de colmenas en la Provincia de Lambayeque, Perú. Inicio de un trabajo conjunto

Alcanzar el desarrollo sostenible de la apicultura moderna, manejada en sistemas intensivos, requiere identificar el conjunto de factores sociales y ambientales que intervienen e interactúan con las poblaciones de abejas melíferas (Apis mellifera), particularizando cada contexto. El desafío está en la capacidad del hombre para establecer políticas públicas que, sobre bases científicas, conduzcan este desarrollo, en equilibrio armónico con los ecosistemas dónde se ubican las colmenas y a su vez, obtener producciones que cumplan los parámetros de calidad, inocuidad y trazabilidad esperados

Por tanto, si hablamos de sostenibilidad, salud y prevención, en apicultura (cualquiera que sea el fin productivo), la mirada regulatoria debe ser holística, y abarcar aspectos que consideren:

  1. El cambio climático, aun evaluado de manera insuficiente en relación con la sensibilidad fisiológica y conductual que representa para las abejas melíferas. De manera puntual y en correspondencia con los ecosistemas, el hombre se verá obligado a proyectar estrategias de mitigación y adaptación a eventos climáticos severos, que resguarde la existencia de las familias de abejas melíferas.
  2. El deterioro ambiental y la urbanización: La pérdida de recursos florales por tala o poda indiscriminada, la introducción de especies botánicas invasoras, los cambios de uso del suelo o cambios agrotécnicos drásticos en la gestión de los cultivos, impactan en la dinámica y el equilibrio de las abejas melíferas manejadas. El abusivo y con frecuencia incontrolado uso de agroquímicos, el desarrollo de extensas áreas de monocultivos, muchos de ellos (por paradoja), dependientes del insecto para la polinización, las contaminaciones ambientales de origen industrial, incluyendo el inadecuado manejo de los residuos; y hasta los efectos ambientales provocados por conflictos bélicos, entre otros, forman parte del inventario que conducen de manera impostergable, a realizar (sobre bases científicas), ajustes de la carga de colmenas con posibilidad de ubicarse en un

Éste último aspecto merece especial atención. Las regulaciones legales para organizar la tenencia de colmenas deben propender identificar el universo de la apicultura manejada en un territorio (apicultores, apiarios y colmenas), hecho que, por su connotación sanitaria y productiva, no puede quedar abierto a las “buenas intenciones” del ciudadano. Para cubrir este propósito, resulta necesario tener presente nuevos recursos tecnológicos al alcance del hombre.

Georreferenciar y mapificar la apicultura, es hoy una herramienta indispensable para conocer la interrelación real que establecen las abejas melíferas con todos los elementos de su entorno. Permite sustentar criterios para lograr una relación virtuosa entre agricultores y apicultores y, sobre todo, proponer estrategias para el uso racional de los agroquímicos (fitosanitario o plaguicida), con menos riesgos para la vida del insecto. La mapificación de todos los apiarios presentes en un territorio facilita:

  • La ubicación racional de los emplazamientos apícolas según objetivos productivos: apiarios, centros reproductores de abejas reinas, naves para cosecha, almacenes de insumos, industria apícola, entre
  • Proyectar e implementar la gestión sanitaria preventiva y las tareas contrepidémicas ante brotes de enfermedades infectocontagiosas o invasivas.
  • Definir las posibilidades productivas en un territorio, tomando en cuenta especies botánicas, etapas del año y acopios esperados.
  • Realizar la gestión ambiental del territorio, asegurando la trazabilidad de los productos apícolas desde
  • Proponer programas de reforestación, considerando las características del suelo, los ecosistemas y objeto social
  • Disminuir o atenuar riesgos de lesiones por picaduras de abejas tanto al hombre como a los animales domésticos.

3. La presencia de nuevos patógenos para las abejas melíferas, algunos con mayor virulencia y resistencia a los fármacos, obliga desarrollar Programas Sanitarios rigurosos, que involucran de manera transversal diversos actores sociales, tanto para prevenir la entrada de los agentes etiológicos al territorio nacional, como para recuperar las poblaciones enfermas y minimizar los daños económicos al

Corresponde complementar la Ley con instrumentos administrativos que permitan cubrir el diagnóstico clínico y diferencial de las enfermedades que afectan a la especie. La diversidad y cantidad de agentes etiológicos que hoy circulan en las poblaciones de abejas y la complejidad del diagnóstico no permite que éste se realice por los apicultores, pretender que así sea, propicia subregistros y deja desprotegido al sector para cumplir lo previsto en la Ley aprobada.

Preparar el capital humano es una inversión, no un gasto. Implementar las regulaciones complementarias, demanda emplear fuerza laboral especializada. A corto plazo, las Facultades de Medicina Veterinaria verán razones que justifican incluir la asignatura Apicultura en la malla curricular de la Carrera. Médicos y técnicos veterinarios deben ocupar los espacios laborales que hoy desempeñan profesionales que, por su perfil, no están preparados para abordar temas sanitarios, como por ejemplo de epidemiología apícola.

  1. El desarrollo científico que experimenta la sociedad y en particular esta rama, conducen a la diversificación de sus producciones, ahora con nuevas exigencias e intereses a regular para el mercado, incluyendo el material biológico y los insumos que se comercializan. Será necesario diseñar e implementar mecanismos de certificación que involucren a la academia, centros de investigación u otros estamentos de la sociedad.

El igual que ocurre con los agricultores y coincidiendo con Rodiño Durán2, ningún apicultor que “no esté alineado con las prácticas sostenibles de producción, tendrá mercado para sus productos en el mediano plazo”.1

Por tanto, en el contexto productivo que se practica la apicultura moderna en Chile, la adecuación del marco legal que surja a partir de esta Ley, debe asegurar estrategias que propicien: manejar poblaciones de abejas melíferas sanas; en sistemas productivos modernos y sostenibles; con apicultores profesionalizados y en capacidad para diversificar las producciones, aumentar los rendimientos y garantizar la calidad, inocuidad y trazabilidad que demanda el mercado.

Por: Dra. Mayda Verde Jiménez

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Salud Apícola Latinoamérica: Primer monitoreo de colmenas en la Provincia de Lambayeque, Perú. Inicio de un trabajo conjunto

Salud Apícola Latinoamérica: Primer monitoreo de colmenas en la Provincia de Lambayeque, Perú. Inicio de un trabajo conjunto

Después de meses de trabajo conjunto entre la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque, el equipo Salud Apícola UC Davis, con la participación de coordinadores, monitores y diversos actores locales, finaliza el primer monitoreo de colmenas en un territorio acotado del Departamento Lambayeque, Perú.

Fue un trabajo intenso, realizado por tres equipos de jóvenes estudiantes y apicultores, que en total abarcaron 60 apiarios y 300 colmenas, actividad lograda en un tiempo muy breve, si se toma en cuenta las distancias entre los emplazamientos visitados y características del territorio.

Los resultados preliminares muestran diversidad en los fines productivos del sector apícola de este territorio, algo que no se reveló de forma tan marcada en los estudios de Chile, Colombia, Argentina y Costa Rica. Llama la atención la importancia que tienen las colmenas para la polinización de frutales, en un territorio donde el crecimiento agrícola lleva un ritmo acelerado, lo que supone a la vez un desafío extra para el sector. Porque, en palabras de los mismos apicultores, los retos para el rubro en el norte peruano, se hacen mayores, por la disminución dramática de la flora nativa, afectada por el impacto del hombre en el uso del suelo, con grandes áreas de monocultivos y el cambio climático. A ello se suman la aparición de plagas agrícolas que son tratadas con plaguicidas y el estrés que significa para las colmenas el continuo movimiento para realizar la polinización de frutales.

Se constató que las prácticas agrícolas y la protección que dan los agricultores a las abejas presentes en cultivos que requieren polinización no siempre es la mejor. Sin embargo, la mayor parte de los actores entrevistados coinciden en que estos polinizadores juegan un rol fundamental en la productividad de los campos y la calidad de los frutos, razones por las que cuesta entender la insuficiente armonía entre ambos sectores productivos. En general los apicultores que prestan servicio de polinización en arándanos, se quejan de lo maltratadas que salen las colmenas de este cultivo, opinión diferente respecto a las colmenas que se ubican en los campos para la polinización del palto.

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  • Editorial
  • Hormigas en las colmenas: un tema interesante y oportuno.
  • La ley Apícola Chilena: Nuevos retos para el Sector
  • Salud Apícola Latinoamérica: Primer monitoreo de colmenas en la Provincia de Lambayeque, Perú. Inicio de un trabajo conjunto

Por otro lado, los agricultores reclaman una mayor calidad de las colmenas que llegan para la polinización de los cultivos y señalan que muchas veces éstas no cumplen con los estándares mínimos fijados, por lo que surgen las preguntas:

  1. ¿Por parte de las empresas agrícolas, existe personal capacitado que pueda realizar una evaluación objetiva de las colmenas que ingresan al campo?
  2. ¿Por parte de los apicultores, existen mecanismos evaluadores (neutros) que certifiquen que las colmenas que ingresan a los campos cumplen con los estándares adecuados para este fin?
  3. ¿Durante la estancia de las colmenas en el campo, los apicultores realizan las atenciones necesarias para que las colonias se mantengan en óptimas condiciones?

Según nuestros resultados aún falta mucho por hacer para la profesionalización del sector y lograr el desarrollo de la apicultura con colmenas sanas, en sistemas productivos sostenibles, que aseguren la calidad, inoculad y trazabilidad del proceso productivo. Apenas el 45% de los apicultores afirman haber recibido capacitación, más del 55% no realiza ningún tipo de desinfección del material apícola y el 90% de los apicultores no lleva registros de sus actividades, lo que es preocupante considerando la creciente demanda de colmenas para el desarrollo agrícola de la región y los riesgos sanitarios que esto significa para las abejas melíferas.

¿Los desafíos? Todo apunta a la necesidad de profesionalización de un rubro que históricamente se ha manejado como un oficio, con poca participación de instituciones académicas y científicas que impulsen y estandaricen los conocimientos en esta rama agropecuaria. Es indispensable sociabilizar la importancia del rubro para el desarrollo económico de la región y concientizar tanto a las autoridades reguladoras, a las empresas agrícolas, como a la población en general, acerca de la importancia de la apicultura desarrollada con colmenas sanas, para el equilibrio de un ecosistema con alto endemismo. En definitiva, urge lograr un trabajo conjunto, entre agricultores, apicultores y todos los actores relevantes de la cadena productiva.

¿Las ventajas? El crecimiento agrícola entrega posibilidades de crecimiento económico tanto para los agricultores como para los apicultores del territorio. Una apicultura manejada con poblaciones de colmenas sanas y producciones trazables no solo asegura la eficiencia polinizadora de los cultivos, sino que posibilita la diversificación productiva del sector, dando valor agregado a lo que hoy se comercializa como materia prima. Productos que podrán llegar a la población, de manera segura, con fines medicinales, nutritivos o cosméticos.

¿Fortalezas? El sector apícola tiene acceso a material apícola de calidad, pero sobre todo los apicultores, manifiestan compromiso deseos de superación y disposición de asociatividad para alcanzar saltos cualitativos en el rubro.

Es evidente la disposición de los apicultores, técnicos, profesionales y decisores por perfeccionar el trabajo apícola y compartir conocimientos y experiencias en beneficio del crecimiento colectivo. Porque seamos claros, la profesionalización del rubro apícola inicia con la adecuada formación del capital humano.

Como equipo Salud Apícola esperamos contribuir con ciencia, entusiasmo y experiencia en este largo camino hacia la profesionalización en el que ya están trabajando los apicultores del norte del Perú.

Por. Leslie Vallejos Farías

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