EDITORIAL

Retos y oportunidades: los servicios de polinización en Lambayeque

 

Las almendras del mundo son producidas por el Estado de California en los Estados Unidos, sede de la Universidad de California Davis, abreviado UC Davis. La polinización de este cultivo requiere de muchas colmenas para garantizar la productividad del huerto. Dan Wyns (2019) calcula que California necesita alrededor de 1,9 millones de colmenas y cada abeja es responsable de una producción estimada de 20,5 almendras. La importancia de la polinización ha dado lugar al desarrollo de una industria de servicios que proporciona a los cultivadores servicios de polinización.

El departamento de Lambayeque, en Perú, se enfrenta a un fuerte crecimiento de las hectáreas de aguacate y arándanos. Muchos de estos cultivos se plantan en el entorno semidesértico del departamento, en la costa del Pacífico, y requieren la polinización por abejas melíferas para alcanzar la productividad requerida. Una estimación aproximada es que, basándose en las hectáreas cultivadas durante algunos periodos del año, se necesitan más de 60.000 para proporcionar los servicios de polinización.

Esto supone un enorme potencial para desarrollar una nueva industria en la región. El sector apícola necesita técnicos, veterinarios, carpinteros para fabricar las colmenas, proveedores de cera para abejas, proveedores de reinas de abejas, entre otros. Considerando la importancia de la calidad de los servicios de polinización para la productividad, en conjunto con la Cámara de Comercio de Lambayeque UC Davis Chile y con el apoyo de Bayer, el equipo de Salud Apícola llevó adelante un monitoreo para determinar la situación real del sector apícola en la región y en base a los resultados implementó sesiones de capacitación con apicultores de la Región.

Los apicultores y cultivadores de la región se enfrentan a un gran reto a la hora de gestionar este número de colmenas en el territorio, mantener a las abejas sanas y evitar la propagación de enfermedades. Al mismo tiempo, es clave trabajar en la aplicación de buenas prácticas que permitan que el proceso de polinización sea óptimo, como evitar las aplicaciones durante el día. Por otro lado, el departamento puede dar el impulso a un nuevo sector económico, que puede proporcionar empleo y una nueva actividad económica. En el futuro Salud Apícola Latinoamérica – UC Davis Chile y la Cámara de Comercio trabajarán en proyectos que aborden los problemas y oportunidades.

 

Challenges and opportunities: pollination services in Lambayeque

 

The worlds almonds are produced by the State of California in the United States, home base of the University of California Davis, in short UC Davis. The pollination of this crop requires many beehives to guarantee the productivity of the orchard. Dan Wyns (2019) calculates that California needs around 1.9 million beehives and each bee is responsible for an estimated production of 20,5 almonds. The importance of pollination has resulted in the development of a service industry that provides the growers with pollination services. 

The Lambayeque department in Peru is facing a strong growth of the hectares of avocado and blueberries. Many of these crops are planted in the semi desert environment of the department on the Pacific coast and require pollination by honeybees in order to achieve the required productivity. A rough estimate is that based on hectares cultivated during some periods of the year more than 60.000 are needed to provide the pollination services. 

This means a tremendous potential to develop a new industry in the region. The beekeeping sector needs technicians, veterinarians, carpenters to produce the hives, providers of bee wax, providers of bee queens, among others. Considering the importance of the quality of the pollination services for the productivity, together with the Chamber of Commerce of Lambayeque UC Davis Chile and with the support of Bayer, the Salud Apícola team took forward a monitor to determine the actual situation of the apiculture sector in the region and based on the results implemented capacity building sessions with beekeepers in the Region. 

The beekeepers and growers in the region face a big challenge managing this number of beehives in the territory, keeping the bee healthy and avoiding the spreading of diseases. At the same time, it is key to work on the implementation of best practices to allow the pollination process to be optimal, such as avoiding applications during the day. On the other hand, the department can give the impulse to a new economic sector, which can provide employment and new economic activity. In the future Salud Apícola Latin America – UC Davis Chile and the Chamber of Commerce will work on projects that will address the problems and opportunities.

Director del Proyecto.

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CERA DE ABEJAS: UN PUNTO CRÍTICO A TOMAR EN CUENTA EN EL PROCESO PRODUCTIVO DE LA APICULTURA MANEJADA

POYECTO “SALUD APÍCOLA EN PERÚ”.

RESULTADOS QUE SUSTENTAN LA NECESIDAD DE CAMBIOS ESTRATÉGICOS PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y SUSTENTABLE DEL SECTOR

El 27 de agosto de 2022 se inició en Perú el Proyecto “Salud Apícola Latinoamérica”, en coordinación con la Cámara de Comercio y producción de la Provincia Lambayeque y el apoyo de numerosos actores locales: apicultores, los Institutos de Educación Superior Tecnológico Público (ISTP) de Olmos, Motupe e Íllimo y la prestigiosa Universidad “Señor de Sipán”, SENASA (Autoridad Sanitaria Competente por el Ministerio de la Agricultura), entre otros.

Teniendo como propósito identificar los principales factores que provocan la pérdida de salud -individual y colectiva- de las poblaciones de abejas melíferas manejadas en el territorio seleccionado, se realizaron dos monitoreos de campo, el primero de noviembre a diciembre de 2022 y el segundo en abril de 2023, ambos respaldados por encuestas que contemplan aspectos zootécnicos y sanitarios.

El trabajo abarcó 60 apicultores, 60 apiarios y 300 colmenas modernas (tipo Langstroth o estándar), siempre dirigido a la misma muestra seleccionada de manera aleatoria, en los municipios de Íllimo, Motupe y Olmos, del Departamento de Lambayeque.

Figura 1: Esquema de los Distritos que abarcan la Provincia de Lambayeque, ubicado en la costa norte del Océano Pacifico.

Concluido los monitoreos y resumidos los principales riesgos sanitarios identificados, se conformó un Programa de Capacitación dirigido a apicultores (vinculados o no al proyecto), con la participación además, 12 de profesores y 134 estudiantes de los tecnológicos insertados en carreras técnicas afines con la apicultura. Fue en estas instituciones y en un apiario demostrativo, dónde se realizaron los cinco encuentros organizados, distribuidos en tres grupos de trabajo para un mejor acceso. En total se compartió el conocimiento con más de 180 interesados.

El Programa de capacitación se estructuró con un enfoque sanitario preventivo, teniendo como objetivo lograr que los apicultores, en el más breve tiempo posible, pudieran reconocer y comprender los argumentos para cambiar sus prácticas y mejorar el estado sanitario de las colonias, tanto de las destinadas a la producción de miel, como de las que mueven para la polinización (70% del total encuestado), actividad que constituye el principal foco del sector, a pesar de que solo para el 33.3% de los participantes la apicultura representa una fuente primaria de ingresos para la economía familiar.

Formó parte del Programa aspectos puntuales de la salud apícola vinculada con la actividad de polinización, como por ejemplo es el riesgo de salud que significa para la especie, la distribución de agentes productores de enfermedades como consecuencia de la trashumancia de colmenas. No es posible desconocer que el territorio demanda miles de colonias para cubrir la polinización de extensos campos de arándanos, paltas (aguacate), leguminosas y otros cultivos entomófilos, dependientes hoy de las abejas melíferas.

Colmenas que además se ubican en territorios afectados por el impacto antrópico, en ecosistemas desérticos, con cambios drásticos en el uso del suelo y en consecuencia de la entomofauna. Terrenos cultivados que, de una flora nativa sin apenas intervención del hombre, pasó a tener extensas áreas cubiertas por monocultivos, a los que se aplican de manera sistemática plaguicidas para el control de las plagas que les afectan. Visto de otra manera, una apicultura que se maneja sin que exista relación armónica entre apicultores y agricultores, afectando de manera significativa la supervivencia de muchas de las colmenas que prestan el servicio ecosistémico de la polinización.

Capacitación del sector: punto estratégico para el desarrollo apícola y agrícola del Departamento.

En este escenario, y a pesar de la importancia que para la economía del Departamento significa la gestión eficiente de la apicultura moderna manejada, 72% de los apicultores no están preparados de manera adecuada para el manejo profesionalizado de las colmenas que poseen. Llama la atención que apenas  28% de los encuestados refirió haber recibido capacitaciones en prácticas apícolas, éstas, en su mayoría impartidas por apicultores más avezados o de más años de experiencia en el rubro.

Por tal razón se puede afirmar que el sector tiene conocimientos empíricos, realidad que puede ser revertida en breve tiempo, partiendo de la fortaleza que representan las instituciones docentes que posee el Departamento, donde se imparten carreras técnicas afines e incluso, ya se vienen realizando actividades vinculadas al perfil productivo del territorio. Con apoyo de las estructuras públicas que correspondan, estas pudieran egresar técnicos agrícolas y apícolas formados para promover el desarrollo económico del territorio sobre bases científicas, hecho que además generaría nuevas fuentes de empleo en las áreas rurales.

Considerando el vacío de conocimientos que existe en temas de salud y control sanitario de la cadena productiva, resulta urgente formar médicos y técnicos veterinarios preparados en la especialidad. Esta fuerza técnica permitiría aplicar la epidemiología veterinaria como herramienta de prevención, hacer el diagnóstico confiable de las enfermedades. Hoy, algo tan complejo, recae en los apicultores.

Algunas recomendaciones para acciones a corto, mediano y largo plazo.

  1. Promover la asociatividad de los apicultores del Departamento y un marco regulatorio para la actividad apícola.
  2. Formación de capital humano: Vincular la academia con el campo para la profesionalización del sector; certificar la aptitud profesional de los capacitadores y graduar técnicos, médicos veterinarios y agrónomos, especializados en salud apícola y el manejo de la polinización con colmenas modernas en sistemas agrícolas intensivos.
  3. Ordenamiento territorial. Inventario de apicultores, apiarios y colmenas; georreferenciar los apiarios; estudiar la flora melífera y su distribución, estableciendo calendarios florales según los ecosistemas y trazar una estrategia para el flujo de colmenas destinadas a la polinización.
  4. Implementar y adecuar los mecanismos territoriales que permitan el diagnóstico confiable de las principales enfermedades presentes en las poblaciones apícolas y los Programas Sanitarios que conduzcan a la prevención o el control.
  5. Postular nuevos proyectos que permitan el desarrollo del sector. Por ejemplo: continuar procesos de capacitación conjuntas para apicultores y agricultores; realizar el mejoramiento genético de la abeja local; crear centros de crianza de abejas reinas que aseguren la demanda de los apicultores; mejorar el proceso productivo de la cera materia prima; certificar la calidad, condición sanitaria e inocuidad de la producción de láminas de cera estampadas, entre otros.

Coordinando esfuerzos, el Departamento de Lambayeque posee condiciones excepcionales para lograr, en breve tiempo, cambios de impacto económico, productivo y social en torno a la actividad apícola. Tiene como base fundamental los recursos humanos. El hombre, principal actor dispuesto a transformar su realidad. Apicultores con deseos de aprender y trabajar; instituciones dispuestas a promover estas transformaciones y empresarios motivadas para hacerlo.

Figura 2. Actividad de campo en Perú: preparando a los monitores del Proyecto “Salud Apícola”. 2022.

Figura 3: Conservación de muestras: Universidad “Señor de Zipan”, otra colaboración destacada para el Proyecto en Perú.

Por:

Dra. M. Mayda Verde Jiménez

Médico veterinaria e Investigadora Principal

Colmenas de Apis mellifera en las Provincia de Lambayeque: El desafío de polinizar en el desierto

El desafío Proyecto Olmos, en la Provincia de Lambayeque fue ambicioso. Consistió en almacenar aguas del río Huancabamba -en el lado oriental de la Cordillera de Los Andes- en una gran represa, luego, través de un túnel que cruza la cordillera por 20 km se aprovecha una caída de agua para hacer funcionar una central hidroeléctrica. Después el agua recorre un río hasta llegar a las pampas de Olmos en el Departamento de Lambayeque donde está hoy en día la gran irrigación. Y gracias a todo ese gran esfuerzo de ingeniería y recorrido de agua de oriente a occidente, permite incorporar a la agricultura 43.500 hectáreas hábiles (Wallace, 2022)

Suena impresionante, se lee impresionante, pero es inexplicable la impresión que causa recorrer kilómetros de desierto hasta llegar a un oasis gigantesco, mirar hacia el horizonte y ver bosques infinitos de paltas, arándanos, uva, caña de azúcar u algún otro cultivo, sorprende la envergadura del proyecto, pero también es extraño ver que entre las hileras de cultivos, el suelo sigue siendo arena, es lo que nos recuerda que originalmente el territorio era desierto y que todo el verdor fue planificado e inserto por el hombre.

Lo que hicieron en Olmos fue un cambio absoluto para transformar el paisaje, trajeron el agua, trajeron la tierra para sembrar, los fertilizantes, la maquinaria, pero ¿y los polinizadores?

Actualmente se poliniza con colmenas de Apis mellífera, y asumiendo que por el tipo de paisaje es especialmente importante el traslado de polinizadores, sorprende lo poco estandarizado que está el manejo de colmenas en las diferentes empresas agrícolas, encontrando cultivos que están siendo polinizados con una colmena por hectárea, hasta empresas que contribuyen a la nutrición de las colmenas para que estas se mantengan con alza mientras prestan el servicio de polinización. Esto no es casualidad, sería difícil encontrar colmenas estandarizadas en un territorio dónde la mayoría de los apicultores no recibe capacitación de manera constante y el aprendizaje se ha dado de una manera empírica.

Llama la atención el uso de colmenas en el suelo, la falta de fuentes de agua, pero sobre todo la poca comunicación entre agricultores y apicultores, unos acusan a los otros de no cuidar las colmenas en el campo, los otros responden que las colmenas llegan en mala condición, no hay conformidad respecto a los pagos ni el cuidado que se le da a las colmenas, lo que lleva a reflexionar ¿Cuánta producción se está perdiendo por las deficiencias en el manejo de la polinización?

Hay que hacer cambios, pero en este contexto está claro que no sólo hay que apuntar hacia la capacitación del apicultor, se requiere con urgencia que los agricultores entiendan el valor y la importancia que tienen las abejas en sus cultivos, y de este modo dejen de ser entes pasivos que sólo se preocupan de contar que el número de cajones que ingresan al campo sea el correcto. El agricultor debe saber distinguir lo que es una colmena adecuada para polinización de frutales, cual es la fortaleza que debe exigir, pero al mismo tiempo entender cuales son las prácticas que debe tener en el campo para que las colmenas mantengan su condición.

El agricultor debe conocer y entender el trabajo del apicultor, diferenciar entre los apicultores que llegan con colmenas en buena condición de los que no lo hacen y traducir esto en un estímulo económico, el apicultor, debería insistir en mostrar su trabajo, que corroboren la fortaleza de sus colmenas y exigir por su cuidado mientras están en el campo y finalmente ambos deben preocuparse de dejar esto plasmado en contratos y hacerlos cumplir, no hay muchas salidas, la agricultura requiere colmenas y el apicultor floraciones, ambos tienen potencial de  crecer, pero esto no se logrará sin un trabajo en conjunto.

Por:

Leslie Vallejos

Investigadora Médico Veterinaria

Programa Salud Apícola Latinoamérica Capacitó a productores Regionales

Con éxito concluyó el Programa Salud Apícola Latinoamérica, Iniciativa de UC Davis de Chile, Bayer AG de Alemania y socios estratégicos, habiendo sido en el caso local la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque la institución articuladora para su desarrollo.

El programa tuvo como objetivo entregar herramientas que permitan identificar el riesgo sanitario en el proceso productivo dentro de la actividad apícola. La iniciativa apuntó a reconocer el origen multifactorial de la pérdida de la salud apícola, tomar en cuenta la formación del capital humano para mejorar las prácticas de toda la cadena productiva, conciliando los intereses productivos y ambientales.

En el proyecto han abarcado Perú, Chile, Colombia, Argentina y Costa Rica, centrándose en tres ejes importantes: Monitoreo, para el sistema de salud apícola; Capacitación, para desarrollar, implementar y validar modelos y métodos de capacitación en territorios específicos, que permitan impactar positivamente en la salud de las colmenas de América Latina; y promover una Red de Salud Apícola en Latinoamérica, para generar y difundir conocimientos integrados, sistemáticos y accesibles acerca de la gestión sanitaria con enfoque preventivo.

Registro y Sistematización

“Con ello se pretende alcanzar la calidad, inocuidad y trazabilidad que exige el mercado de los alimentos en la actualidad”, destacó Mayda Verde, especialista cubana que desarrolló actividades de capacitación en los diferentes distritos del departamento, principalmente de la provincia de Lambayeque, en el marco del proyecto.

La especialista señala que la apicultura moderna requiere que el apicultor registre y sistematice las actividades que realicen en sus colmenas durante el proceso productivo. “Estos registros son una herramienta para mejorar la administración de los recursos económicos disponibles, reflejando sus gastos y sus ganancias. Además, facilita alcanzar calidad e inocuidad en la producción, imprescindibles para lograr mayor eficacia productiva y competitiva en el mercado”, menciona.

Por su parte, Leslie Vallejos, de la UC Davis de Chile, explica que un animal manejado con fines productivos (como es el caso de las abejas), muestra una condición de salud adecuada cuando alcanza el potencial productivo definido para su especie, raza, edad y sexo. “Esta productividad responde también a condiciones ambientalmente favorables y al bienestar animal, que este experimenta como individuo a lo largo de todo su desarrollo”, acota.

Cuidado Sanitario

En apicultura, la colmena es el individuo donde se aloja la colonia de abejas melíferas y, en términos sanitarios, representa la unidad básica funcional. “El colmenar, en tanto, es la unidad productiva y epidemiológica cuya producción refleja la salud de las colmenas que los integran”, manifiesta. Ante ello, Mayda Verde sostiene que sin registros no es posible evaluar los aciertos o desaciertos de la interacción que se estableció entre la colmena, el ecosistema y el manejo del apicultor durante el proceso productivo.

“De ahí la importancia que tiene el trabajo realizado por el Programa Salud Apícola Latinoamérica, que ha proporcionado a los apicultores herramientas para facilitar el registro de las actividades que desarrollan en cada colmenar”, destaca. En el proyecto han participado, además de la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque, los institutos de educación superior públicos de Illimo, Motupe y Olmos, así como la Universidad Señor de Sipán.

“Agradecemos a la Cámara de Comercio y a su presidente, Olivio Huancaruna, por gestionar y articular las actividades que permitieron el desarrollo del proyecto”, señala Leslie Vallejos.

Por:  Rosa Chambergo
Artículo Semanario Expresión – Edición 1305

CERA DE ABEJAS: UN PUNTO CRÍTICO A TOMAR EN CUENTA EN EL PROCESO PRODUCTIVO DE LA APICULTURA MANEJADA

Cuando en un proceso productivo se hace referencia a un “punto crítico de control” (PCC), se está alertando que es ésta una etapa del proceso, que determina poder prevenir, impedir o eliminar los peligros que afectan la calidad final del producto esperado. En la apicultura que hoy pretendemos manejar de manera intensiva con   colmenas modernas (tipo Langstroth), la cera constituye uno de esos PCC.

Producida por la abeja melífera (Apis mellifera), es secretada por las glándulas cereras de las abejas adultas entre los 12 a 18 días de edad. Con la cera construyen los panales, estructura alveolar dónde almacenan néctar, miel y polen y transcurre la metamorfosis del insecto. De composición compleja, posee más de 280 compuestos diferentes, con predominio de ácidos grasos de cadenas largas, matriz propicia para retener residuos de contaminantes, en su mayoría de origen antrópico como pesticidas, antibióticos y metales pesados.

Figura 1. Vista ventral de una abeja melífera obrera. Se aprecian placas de cera recién secretada. Foto cortesía de J. D. Vilar. Brasil, 2010.

Para confinar la colonia de abejas en la colmena elaborada, el apicultor utiliza madera, alambres y puntillas. Sin embargo, la cera es el único insumo que el apicultor no puede aportar al proceso productivo procedente de otras fuentes que no sea la propia apicultura.

Acopiada como un producto más de la actividad,  la cera puede destinarse a la industria de cosméticos, farmacéutica o de manufactura. No obstante, la mayoría (aproximadamente 80%), es reciclada en la industria apícola  y devuelta al proceso como láminas de cera estampada. Esto confiere a la cera un protagonismo particular en el proceso productivo apícola. 

Recién producida es blanca y la más clara se encuentra cubriendo la miel madura. El panal joven es de color crema, pero a medida que  envejece se torna oscuro, por incorporar polen, propóleos, mudas y restos anatómicos del insecto. La permanencia del panal en la colmena, aumenta el riesgo de acumular químicos contaminantes y agentes etiológicos que causan  enfermedades en las abejas.

Para obtenerla, el apicultor funde panales viejos y defectuosos, los sellos de la miel cosechada, los panales naturales formados en espacios interiores o induce una producción intencionada. El valor agregado del producto comienza en el apiario. Depende de la gestión que se haga para impedir contaminaciones  de origen agrícola, industrial, por medicamentos varroicidas, antibióticos u otros y, por supuesto, del manejo que tengan los panales por el apicultor.

Antes de fundirla, es fundamental clasificar la cera según origen, colores y calidades, sin contaminarla con partículas groseras (madera, tierra, insectos, etc.) y considerando la condición sanitaria del apiario o la colmena, selección que determinará el destino comercial de la materia prima, en particular para producir láminas de cera  estampadas.

Es en este contexto, que la producción y comercialización de la cera como materia prima, pasa a ser un punto crítico en la cadena productiva, en particular aquella destinada a la industria de láminas estampadas, asociadas al ciclo reproductivo del insecto, la salud de las colonias y a la calidad, inocuidad y trazabilidad de los productos apícolas que el hombre consume. Por tal razón, la cera de abejas materia prima debe ser certificada desde su origen, según los atributos de calidad y sanitarios que la distingue. 

La lámina de cera estampada resulta imprescindible en la apicultura moderna porque acorta el tiempo de desarrollo de la colonia; contribuye a mejorar el estado sanitario de las familias e impide gasto energético y consumo adicional de miel y polen para la construcción de los panales por la colonia. Siendo el panal el “primer envase”  que tendrán la miel y el polen y la “primera cuna de las crías de las abejas”, sigue siendo la cera un elemento a tomar en cuenta. Otro punto crítico que justifica la necesidad de también certificar la calidad, inocuidad y trazabilidad del producto obtenido para insumir.  

No es un secreto que existen casos de empresas estampadoras que de manera inescrupulosa mezclan la cera de abejas con parafina, grasa animal, colorantes u otros aditivos que contaminan  y adulteran el producto, hecho que no solo interfiere el desarrollo de las colonias, sino que además afecta la calidad de las producciones apícolas y comprometiendo el futuro y prestigio del sector. Constituye una importante brecha sanitaria para la apicultura, el servicio que prestan empresas estampadoras que reciben la materia prima sin conocer su origen sanitario y a cambio comercializar laminadas estampadas.

Tomando en cuenta el desarrollo y la profesionalización que necesita el sector apícola en América Latina, urge por todos, una mirada más atenta dirigida hacia este punto crítico de cadena productiva apícola. Corresponde a las autoridades competentes establecer Normas que estandaricen y certifiquen el proceso productivo de la cera como materia prima, tanto para la industria de láminas o cualquier otro destino.

Figura 2. Cera de abejas en maquetas, materia prima. Foto: cortesía de: Príncipe Amani Musemakweli. República del Congo, 2023. 

Por:

Dra. M. Mayda Verde Jiménez

Médico veterinaria e Investigadora Principal

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