El apicultor Neftalí Campo: Un hombre sin barreras
Es la soleada y calurosa mañana del lunes 15 de abril de 2019. Apicultores de diferentes municipios del Departamento del Cauca, en Colombia, han llegado hasta la finca “Los Mangos”, al norte del municipio Santander de Quilichao. Vienen urgidos de conocimientos, para recibir una capacitación teórico-práctica del programa Salud Apícola 2020, acerca de aspectos sanitarios relacionados con esta rama agropecuaria. El sitio es hermoso. Un remanso en el paisaje.
Dentro del grupo de asistentes resalta la presencia de un hombre de unos 75 años. Su gorra azul intenso contrasta con el blanco de sus cabellos, prueba de su edad, una indiscutible experiencia, sabiduría y cercanía a los rigores de la vida. Esta es la imagen que refleja Neftalí Campo, apicultor que ama las abejas y a la par, desempeña labores de agricultor.
Entre las diversas voces que dicen “buenos días”, la suya va acompañada de una sonrisa sincera y afectuosa, propia de nuestra gente del campo, esa que arropa y cobija en un abrazo matutino antes de iniciar la jornada. Así es el saludo de Neftalí, persona reservada y tímida, pero a la vez decidido y constante.
Cuentan sus compañeros que ni la lejanía, ni las condiciones precarias de las carreteras rurales que a veces desmejoran por la acción del clima, son impedimentos suficientes para que deje de acudir a un encuentro que le permitirá mejorar el manejo técnico de sus colmenas. Esto lo convierte ante todos en un verdadero ícono del apicultor campesino, ese que se caracteriza por ser cumplidor, pujante y dispuesto a incorporar nuevos conocimientos, aun cuando le sea preciso vencer todo tipo de adversidades.
Dos veces por semana el señor Neftalí se desplaza desde el municipio de Jámbalo hasta Santander de Quilichao para asistir a las capacitaciones impartidas por la Dra. Mayda Verde y el ingeniero José Luís Alvero.
Para ello debe viajar aproximadamente ocho horas a caballo de ida y otras ocho de regreso. Para reducir el recorrido a seis horas, tiene que llegar hasta un punto donde lo recoge uno de sus compañeros apicultores en una moto alquilada.
Siguiendo el ejemplo de las abejas
Este no es el único desafío que el debe vencer durante la capacitación, donde sigue con atención cada una de las explicaciones que se imparten. En este encuentro hablan del manejo de las colmenas durante y después de la cosecha, abordan la necesidad e importancia de introducir láminas de cera estampada certificadas por su calidad y origen sanitario, y se debate acerca del papel de la selección genética y la calidad de la abeja reina como centro de la colmena, entre otros temas, que generan en él inquietudes y expectativas nuevas.
Le queda claro el reto que significará en adelante aplicar en sus apiarios y colmenas las enseñanzas que imparten los especialistas. Para ello, relaciona las imágenes que se encuentran en el material que se entrega en cada sesión, con las ideas y conceptos que descubre durante los encuentros. Y es que Neftalí no conoce las letras. Para este apicultor el esfuerzo de aprender de los textos es doble, con relación al colectivo de participantes.
Por dicha, su compañero de viaje de manera cuidadosa y solidaria le colabora, explicándole con paciencia y habilidad extraordinaria el significado y contenido de cada figura impresa. Los dos siguen el ejemplo maravilloso de las abejas melíferas. Ambos tienen claro que el único camino a seguir para fortalecer la apicultura de la región es trabajar unidos, en equipo, como lo hacen las laboriosas abejas.
Hacia el mediodía, los apicultores pasan a la mesa, donde reciben el aromático menú casero típico del país. En este espacio surge el debate, se comparten y socializan los conocimientos adquiridos.
Luego comienza la segunda parte de la capacitación, sin que aparezcan en los ojos de Neftalí vestigios de cansancio o tedio en el rostro. Él, junto con sus compañeros, sigue explorando el mundo apícola, reflejando emoción al descubrir que sus “abejitas”, como las llama cariñosamente, le permitirán tener un futuro más promisorio no solo a él, sino también a su familia, con quienes compartirá lo aprendido en cada encuentro.
Las enseñanzas sobre sanidad apícola hoy se suman a sus sueños de una apicultura profesionalizada, para que las abejas de los apiarios que maneja puedan seguir cumpliendo la valiosa función de polinizar las plantas melíferas presentes en el radio de vuelo que abarcan las colmenas. Ahora mejor que antes, sabe cómo aprovechar cada floración para producir miel, cera, polen y propóleos con colmeneas sanas.
Asistir con perseverancia y esfuerzo a cada encuentro, anticipa que los conocimientos adquiridos por Neftalí serán aplicados. Él aprendió que, como recompensa, podrá aumentar los rendimientos productivos, disminuir las brechas sanitarias que fueron identificadas en los monitoreos realizados en abril-mayo y septiembre de 2018. Los resultados permitieron proponer los contenidos abordados. Sin lugar a dudas, Neftalí comprendió que estaba ante una excelente oportunidad para alcanzar el bienestar y la salud que necesitan sus colmenas.
Elaboró: Fabián Andrés Valverde y Equipo de Salud Apicola 2020 Unicomfacauca.