Colombia: una producción de miel que se está desaprovechado

Un monitoreo de 455 colmenas en el Departamento de Cauca detectó las principales causas que afectan la salud de las abejas y a su capacidad productiva.
Los monitoreos de Salud Apícola 2020 se realizan dos veces al año. Se monitorea un apiario por apicultor y solo participan quienes tengan un mínimo de 8 colmenas Langstroth.

 

Las colmenas en Colombia tienen un potencial productivo que se está desperdiciando. Así lo indican datos preliminares recopilados en el primer monitoreo de apiarios realizado en el Departamento de Cauca por los investigadores de Salud Apícola 2020.

“El monitoreo sistemático es clave para detectar los factores que afectan la salud de las colmenas. Este incluye el análisis de las prácticas apícolas, la gestión sanitaria, la estructura de las colmenas, las señales que indican la presencia de parásitos, plagas y patógenos como bacterias, virus y hongos”, explica Ulianova Vidal, PhD en Entomología e investigadora de Fraunhofer Chile Research y Unicomfacauca.

En dos monitoreos realizados entre abril y junio de 2018 y en septiembre y octubre del mismo año, se entrevistó a 91 pequeños apicultores en cuatro zonas geográficas del Cauca y se tomaron muestras de 455 de sus colmenas.

Así se detectó que los apicultores manejan sus colmenas artesanalmente y con conocimientos que provienen de prácticas tradicionales, lo que evidencia la falta de asistencia técnica y programas de capacitación que permitan profesionalizar y aprovechar el potencial productivo de esta actividad.

Las entrevistas con apicultores permitieron detectar además que la mayoría no lleva registro del proceso productivo (insumos utilizados, tratamientos aplicados, rendimientos, etc.), lo que impide determinar la inocuidad y trazabilidad de sus productos.

Un ejemplo son las láminas de cera, cuya inocuidad y procedencia no se pueden garantizar por carecer de procesos de certificación.

“En gran medida estos problemas responden a que no hay políticas públicas enfocadas a reducir los riesgos de salud de las abejas melíferas y a que se necesita ayuda técnica o profesional y capacitación formal sobre gestión sanitaria y buenas prácticas apícolas”, indica Mayda Verde, médico veterinaria e investigadora de Fraunhofer Chile.

Parásitos, plagas y enfermedades

Las muestras de abejas adultas que se analizaron en los laboratorios de la Corporación Universitaria Unicomfacauca permitieron detectar tasas de infestación por Varroa destructor que oscilan entre 2.07% y 5.9%, lo que algunos especialistas catalogan de niveles de infestación medios a muy graves.

“A esto se suma la presencia de virus, hongos y parásitos que están socavando la salud de las abejas”, advierte Vidal. Esto, añade, afecta notablemente la salud de las colmenas y probablemente su estructura y productividad, lo que implica que no se está explotando todo el potencial apícola de la región.

Estos hallazgos, sumados a los del segundo monitoreo, cuyos resultados se están analizando, serán la base de la capacitación que el equipo de Salud Apícola 2020 iniciará este mes y que favorecerá a cerca de 78 apicultores del Cauca.

 

A través de sesiones teóricas y prácticas, dice Mayda Verde, “les transmitiremos técnicas y conocimientos que les permitan prevenir la transmisión de enfermedades en sus apiarios, detectar a tiempo la presencia de patógenos y hacer un manejo adecuado para devolver la salud a las colmenas. Solo así podrán avanzar hacia una mayor productividad y calidad de su productos apícolas”.

El primer monitoreo de colmenas en el Cauca se realizó de abril a junio de 2018 y el segundo concluyó en octubre, abarcando a 91 apicultores. Lo remoto e inaccesible de sus apiarios obligó en muchos casos a llegar a caballo o caminando varias horas.
100% miel

La producción de miel es la actividad principal de los apicultores encuestados en el Departamento de Cauca. Ninguno presta servicios de polinización ni comercializa otros productos derivados de la colmena. Por otra parte, dice Ulianova Vidal, “en esta región no hay trashumancia, entonces es importante que los apicultores establezcan sus apiarios en áreas con recursos suficientes para garantizar la productividad y adaptabilidad de las poblaciones de abejas”. Esto implica, entre otras cosas, ajustar el número de colmenas a la capacidad de carga del área seleccionada, es decir, instalar un número máximo de colmenas que el ecosistema puede mantener.