Además de asegurar el agua, la apuesta peruana por el cultivo de palta Hass involucra cambios de paradigma que aseguren condiciones para potenciar a las abejas melíferas como polinizadores para una agricultura sustentable.
La idea de un desierto donde frondosos paltos crecen en la arena suena a ficción. Pero en Perú ya es una realidad.
A inicios de este año un equipo de Salud Apícola 2020 LatAm visitó unas de las grandes plantaciones frutales en la región norteña de Lambayeque, constatando que plantar en el desierto no implica solamente construir grandes obras de ingeniería para llevar hasta ahí el agua y hacer un uso sustentable de ella.
Las inmensas extensiones de paltos en el Valle de Olmos representan un desafío adicional. Las características de sus flores y su compleja floración hacen imprescindible que insectos transporten el polen entre las flores. Y la abeja de miel (Apis mellifera) es la que desempeña en forma más importante este proceso de polinización.
Esta expansión agrícola, que apunta a convertir parajes áridos en un vergel, significa entonces un cambio de paradigma para los apicultores peruanos. ¿Cómo manejar abejas en grandes extensiones de monocultivos en el desierto y prestar un servicio de calidad?
Si se habla de grandes cantidades de hectáreas se habla de miles de abejas. Además, surge la inquietud de qué se hace con todas las colmenas después de la etapa de polinización, considerando la capacidad de carga que tienen los territorios para soportar una cierta cantidad de colmenas.
Este fue uno de los aspectos que se abordaron en el seminario “Polinización y Agricultura Sustentable”, organizado el pasado 5 de diciembre en Lima por CultiVida en colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa) y que dictó el director de Salud Apícola 2020 LatAm, Marnix Doorn.
En la ocasión presentó la experiencia de este proyecto y otros relacionados con paisaje agrícola, biodiversidad y polinización que lleva adelante Fraunhofer en Chile.
Manejo apícola
La salud de las abejas melíferas como factor clave para una polinización eficaz fue uno de los temas destacados durante el seminario, que contó con cerca de 50 participantes, incluyendo agricultores, apicultores y autoridades, entre otros.
Marnix Doorn compartió la experiencia de aprendizaje en los cuatro países que participan en el proyecto Salud Apícola 2020: Chile, Colombia, Argentina y Costa Rica.
En una interesante conversación con los presentes se habló de la importancia del Manejo Integrado en la Apicultura, pero al mismo tiempo la verdadera implementación de buenas prácticas agrícolas y manejo integral de plagas como herramientas para establecer prácticas más sustentables.
Además, se conversó sobre dos pilares esenciales para una apicultura sustentable: la calidad de la cera y el material genético, lo que incluye el cambio de abeja reina cada 18 meses por ejemplares más jóvenes.
La conversación mostró que existen varias brechas en conocimiento, tanto en manejo agrícola como apícola, y en políticas públicas que permitan regular el sector. Por lo tanto, ¡esta es una gran oportunidad para incorporar a todos los actores del sector al proyecto Salud Apícola en 2020 y seguir aprendiendo en conjunto!
La apicultura peruana viene creciendo sostenidamente en los últimos 10 a 15 años atendiendo, exitosamente, la demanda para polinización de palto y arándano. Actualmente existe el riesgo de importación de abejas reina desde Chile y Argentina, países que tienen en sus territorios la peligrosa enfermedad de la Loque Americana, cuyas formas resistentes pueden sobrevivir por mas de 30 años en condiciones ambientales normales. La pregunta que nos hacemos los apicultores peruanos es si existirá algún sistema cuarentenario que sea eficiente contra microrganismos con esas características. Nosotros pensamos que es muy riesgoso (por no decir imposible) enfrentar una bacteria de ese tipo. Basta ver la experiencia reciente de Chile y Argentina, que tienen apiculturas mucho mas experimentadas y profesionales que la peruana y que tienen servicios sanitarios oficiales con mas experiencia que el SENASA de Perú, en el tema apícola por lo menos. ELLOS NO PUDIERON DETERNER A LA LOQUE AMERICANA. He propuesto la alternativa de importar semen de zángano, el cual no trasmite ninguna enfermedad y puede proveer la genética que algunos desean.
Pedimos al SENASA de Perú no exponer a la apicultura peruana a enemigos tan formidables como la bacteria de la Loque Americana. Cualquier beneficio económico será insuficiente para compensar el daño que puede causar esta bacteria.